La fama del calentamiento global no es gratis, está evidenciado por entidades como la NASA[1], se define como “el aumento de la temperatura en la superficie terrestre constante y notable desde la revolución industrial”, pero en esa fama denota que los principales actores, los protagosnistas somos los seres humanos, nuestra responsabilidad como usuarios de las industrias durante el cambio climático, resultaría más que obvia a la luz de estos conceptos, y nos necesitamos para preservar parte de los ecosistemas, recursos naturales y biodiversidad.
Hablemos de los que hasta ahora hemos hecho: casi todas las actividades humanas contribuyen de alguna forma al calentamiento global, ya que nuestro confort depende de la Energía. Si nos ponemos a pensar, tomar algo caliente, estar confortable, ver tv, trasladarnos, comunicarnos a través de nuestro móvil, etc requiere Energía y consumo de combustibles para ello. La generación eléctrica a partir de fuentes térmicas, el transporte, la industria (minería, manufactura, refinado, producción de comida, etc.), la agricultura, el comercio y hasta cosas que hacemos en nuestros hogares (consulta este texto si deseas ampliar). Todo parece indicar que si nosotros somos los protagonistas el uso de combustibles fósiles es uno de los antagonistas en esta problemática, por lo que nos resulta urgente realizar una transición energética hacia fuentes más amigables con el medio ambiente, que reduzcan o eliminen las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del aumento de la temperatura global.
Cuando notamos la complejidad del asunto y nos preguntamos qué podemos hacer para contribuir a las soluciones, observamos que las acciones que podemos tomar como personas del común se relacionan con nuestros hábitos, cómo consumimos energía en nuestros hogares, la forma en la que nos alimentamos, y cómo nos transportamos, por mencionar algunos ejemplos.
En este texto nos enfocaremos en el tema del transporte: algunas personas contribuyen al optar por el uso de transporte público, bicicletas, los vehículos eléctricos o incluso, caminar. En muchas ocasiones, las necesidades de movilidad o las grandes distancias hacen que aquellos interesados en contribuir de manera positiva al cambio climático con su forma de transportarse opten por vehículos eléctricos como patinetas, motos o automóviles. Son medios que no emiten dióxido de carbono al funcionar, lo que los convierte en una opción muy conveniente y limpia, o así se suele creer cuando se publicitan o se adquieren. Si bien no producen emisiones contaminantes cuando se operan, la realidad nos muestra algunas desventajas ambientales de este tipo de vehículos, entre ellas su proceso de fabricación y la energía necesaria para fabricar las baterías de litio de lo cual hablaremos a continuación.
Fabricación de autos eléctricos y baterías de Litio
Se estima que, durante la fabricación de un auto convencional energizado con combustibles fósiles, se emiten entre 7 y 10 toneladas de CO2, una cantidad similar a la emitida en la manufactura de un vehículo eléctrico. No obstante, por cada kilovatio hora (kWh) de capacidad en la batería pueden emitirse alrededor de 150 kilogramos de dióxido de carbono durante la fabricación de esta. Para un automóvil que requiera carga cada 450 kilómetros se pueden necesitar 60 kWh, lo que implica emisiones de casi 9 toneladas adicionales de CO2 durante la elaboración de la batería, para un total de entre 16 y 19 toneladas de gas de efecto invernadero emitidas para que puedas tener un auto eléctrico nuevo.
Las baterías requieren de electricidad para ser cargadas, haciendo que la operación de un vehículo eléctrico sea tan “verde” como la fuente de energía que sea utilizada para generar la electricidad.
El litio es el material por excelencia para la fabricación de baterías para todo tipo de aparatos electrónicos, como relojes digitales, juguetes, computadores, celulares y por supuesto, vehículos eléctricos. Este metal permite una carga rápida, tienen mayor durabilidad y tienen una densidad de energía más alta comparada con otras tecnologías[2], lo cual es una propiedad que permite almacenar más energía durante una mayor cantidad de tiempo, en un empaque más liviano (. Sin embargo, todas estas ventajas se ven empañadas por diversos factores, que van desde la obtención del mineral, hasta su disposición final.
El litio se encuentra principalmente en América del Sur, Australia y China. En Chile, por ejemplo, el litio se extrae por evaporación de agua subterráneas, en lugares llamados salares. En estos sitios, se sospecha que la extracción del mineral ha afectado los ciclos regulares del agua, lo que ha llevado a sequías que ponen en peligro a la agricultura y a la ganadería. La afectación[3] se extiende también a daños en el suelo, pérdidas de biodiversidad, daños a varias funciones del ecosistema, contaminación del aire, e irónicamente, aumento en el calentamiento global () El proceso en sí mismo, utiliza grandes cantidades de agua que ya no pueden ser usadas por las comunidades cercanas a los sitios de minado. Las baterías también requieren de otros minerales escasos y tóxicos, como el cobalto, el cual se encuentra en países como el Congo, donde este material es recogido por hombres ymujeres sin medidas de protección para la tarea, adicionalmente hay niños explotados para su recolección violando a los derechos de la niñez de acuerdo con ongs (Amplía en este enlace, si deseas).
Las baterías de litio tienen un número limitado de recargas. Una vez se ha agotado la vida útil de una batería de litio, no se debe arrojar en los depósitos de residuos tradicionales, ya que pueden causar incendios, sino que deben ser separadas y recicladas apropiadamente (Consulta aquí para mayor información).
En un país como Colombia, las plantas hidroeléctricas son las mayores generadoras de energía eléctrica, las cuales presentan emisiones mínimas o nulas, sin embargo traen otro tipo de afectaciones ambientales como fragmentación de hábitat o disminución de especies nativas, entre otras. Si la fuente generadora de electricidad es gas, carbón o cualquier otro tipo de combustible fósil, entonces tenemos una completa paradoja, ya que nuestro auto no genera emisiones al funcionar, pero producir la energía requerida para que opere presenta altas emisiones. Otras fuentes que son consideradas son las plantas nucleares que, si bien no emiten CO2, se sabe que tienen otro tipo de riesgos ambientales producto de la utilización de materiales radiactivos altamente contaminantes.
La dirección es la correcta cambiar a energías renovables y la mejor forma de garantizar la operación “verde” de un vehículo eléctrico es recargar sus baterías con fuentes renovables, como la energía solar, eólica o incluso geotérmica.
Varios de los retos que presentan las energías renovables es su baja disponibilidad en cualquier momento, su alto costo inicial y su baja eficiencia, lo que limita poder cumplir con altas demandas energéticas, y nos obliga a investigar y desarrollar más en estos campos para incrementar su factibilidsd, capacidad y viabilidad.
Consideraciones finales
La electricidad es vista como un aliado energético vital para un futuro libre de emisiones de CO2. Sin embargo, se requiere desarrollar mejores formas de generarla y almacenarla. Muchos de los problemas enunciados en este texto no solo involucran a los autos eléctricos, sino casi que a cualquier aparato electrónico que usemos durante nuestra vida diaria, como celulares, relojes o computadores portátiles.
Diferentes investigaciones que abordamos incluyen baterías de hidrógeno, que por ejemplo, podrían ayudarnos a convertir al elemento más común en el universo en electricidad, sin emisiones de efecto invernadero. Baterías a partir de magnesio, manganeso, sodio, o de estado sólido
Aquí no se busca satanizar al vehículo eléctrico, entendemos y apoyamos su papel transitorio dentro de un futuro de carbono cero, pero también comprendemos que hay características dentro de su construcción y funcionamiento que no son amigables con el medio ambiente, y que deberán ser corregidas en el futuro cercano. Un auto eléctrico realmente verde debe ser el objetivo, es el sueño y deberá ser la realidad con la que nos transportemos el día de mañana.
[1] Tomado de https://climate.nasa.gov. Enero 2023
[2] Tomado de https://www.apple.com/batteries/why-lithium-ion/ consultado Enero 2023
Referencia