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Todos alguna vez en la vida nos planteamos e imaginamos la posibilidad de viajar o desplazarnos por las vacaciones a las islas del caribe o pacifico colombiano, es cautivante la temperatura y los colores de las aguas circundantes a las extensiones de tierra que emergen de los mares; pero no todo es mar y alegría, quienes han tenido la posibilidad de realizar dichas visitas suelen cuestionarse sobre los costos por conceptos de alimentación que las cadenas hoteleras ofrecen, ¿nos hemos planteado por qué?, ¿qué factores inciden para que este desbalance entre las leyes de la oferta y la demanda fijen altos costos en el precio de los alimentos? Y más grave aún ¿Cómo logran los moradores y nativos de las islas acceder a la canasta básica de alimentos en medio de una economía tan limitada?

Si bien a comienzos del siglo XX la agricultura y pesca artesanal eran actividades suficientes para auto abastecer la demanda interna de alimentos para la población de una isla como San Andrés, la paulatina llegada del turismo y el creciente tránsito de personas no nativas de aquellos territorios, fijó el primer desbalance (hasta ahora sin retorno) entre los alimentos producidos y los consumidos; estableciendo no solamente una problemática de índole económico, sino, una quizá más grave: el cambio de los hábitos alimenticios de la población. Según un estudio de la Universidad Nacional de Colombia con sede en el Caribe, se determinó que en San Andrés no se consume frutas y verduras en raciones suficientes por sus elevados costos, en cambio la dieta ha sido reemplazada por alimentos procesados provenientes en barcos o aviones desde la Colombia continental, Costa Rica y los propios Estados Unidos.

Como efecto adverso adicional a la problemática planteada, no hay que ser muy observador para detallar la inconveniencia que trae consigo el uso de medios de transporte que obtienen su potencia a base de combustibles fósiles aportando emisiones de gases efecto invernadero, así como, el gravamen en el valor de las mercancías transportadas por conceptos de flete y logísticas asociadas incrementando el costo de los alimentos.

Con el panorama anteriormente expuesto, se infiere el paradigma sobre la producción local de los alimentos por una parte y por la otra seguir importando desde el exterior a las islas los alimentos; todo esto dentro de un marco económico que permita seguridad alimentaria, competitividad y beneficios adicionales. En torno a la producción local se deben tener en cuenta los siguientes aspectos que proponen nuevos retos y se asumen como debilidades para la rentabilidad de tal proceso.

 

1.Verdadera implementación de políticas estatales en esta materia

Se ha legislado bastante en este sentido, buscando ofrecer un marco normativo que permita  desarrollar al Estado Colombiano procesos de acompañamiento, inversión y desarrollo; basta con remitirse a la Ley 1876 de 2017 por la cual se crea el Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria por sus siglas (SNIA) “como instrumento de planificación cuatrienal que define los elementos estratégicos, operativos y financieros para la prestación del servicio público de extensión agropecuaria en el área de influencia de un departamento y sus municipios” para evidenciar la importancia que el Estado (al menos en el papel) le da al tema. Bajo esta misma ley se creó el Plan Estratégico  de Ciencia y Tecnología para el Sector Agropecuario (PECTIA) “como herramienta de planificación que define los objetivos estratégicos, las estrategias y las líneas de acción, en materia de ciencia, tecnología e innovación sectorial para aumentar la competitividad, sostenibilidad y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población, con el fin de tener una visión de las demandas y brechas en las cadenas de valor de los departamentos y priorizarlas para abordar las soluciones del sector agropecuario”. Es necesario un seguimiento, sobre la verdadera implementación y la mejora del desbalance antes mencionado, además de la territorialización de dichas políticas en los departamentos o regiones que incluyen en sus territorios extensiones de tierra fuera de las costas y mar adentro.

 

2. Acceso a agua para riegos

Aumentar la disponibilidad de agua idónea para el riego de cultivos que se puedan realizar desde el interior de las islas. Para el caso de San Andrés, el agua que se suministra para el consumo humano y algunas otras necesidades, proviene de una planta desalinizadora. Sin embargo, en el caso de realizar plantaciones o cultivos adicionales, se supondría un incremento en la demanda del agua de dicha planta, situación que habría que revisar en detalle, ya sea para ampliar la capacidad de desalinización o buscar alguna otra manera de disponer de agua para riego.

 

3. Oferta gastronómica

Un reto que trascendente a nivel cultural, es promover platos típicos de la región, diversificar las cartas de los grandes restaurantes e incluso restituir la memoria o antiguas costumbres alimentarias ya perdidas por los isleños a la hora de consumir alimentos. Según el artículo “San Andrés no le saca el jugo a sus frutas” publicado en septiembre de 2012 en el portal agencia de noticias de la Universidad Nacional, en el que se mencionan trabajos de investigación (tesis) al respecto; habría una gama de alimentos con potencial para la agroindustria local, frutos tales como el marañón, el anón, la guanábana, el fruto del pan (breadfruit), el mango, el aguacate, el june plum, el icaco, el caimito, el níspero, el mamoncillo, la grosella, la guayaba, el tamarindo, la cañafístula, el mamey y el jobo podrían suponer un muy buen margen de producción con una relativa facilidad, . La promoción de dichos frutos al interior de la isla para  los visitantes a los hoteles e incluso por los propios moradores, evidenciando sus ventajas y mejoras de la economía interna es un trabajo de estado y residentes, que radica en la voluntad política.

Las oportunidades para ofrecer soluciones a todo nivel, como los altos costos de los alimentos en las islas, el transporte de los mismos nos deja en soluciones para pensar y repensar las maneras de sortear cada una de las problemáticas e intentar que sean cada vez menos los barcos o aviones la “tierra fértil” de donde brotan los alimentos que se consumen en las islas colombianas.

Fuentes:

http://agenciadenoticias.unal.edu.co/detalle/san-andres-no-le-saca-el-jugo-a-sus frutas#:~:text=La%20agricultura%20del%20Archipi%C3%A9lago%20de,abastecimiento

%20de%20alimentos%20se%20refiere.

https://www.minagricultura.gov.co/ministerio/direcciones/PublishingImages/Paginas

/PDEA/San%20Andrs%20Islas.pdf

https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-270233